Cada mujer tiene su ideal de belleza. Y es cierto que éste puede cambiar y evolucionar a lo largo del tiempo. Pero hay ciertas claves que van más allá de modas efímeras. Y que son relevantes para tomar una decisión tan importante como es hacernos una cirugía plástica. Especialmente si esta cirugía tiene que ver con el aspecto y volumen de nuestros senos.

Respetar las proporciones del cuerpo de cada mujer y buscar el equilibrio de todas sus partes es fundamental para garantizar resultados exitosos a largo plazo. La gran mayoría de las pacientes coinciden en lo mismo: buscan un pecho bonito, pero que también sea natural. ¿Son dos conceptos que están reñidos? ¿Podemos lucir un busco sensual o incluso llamativo respetando las proporciones y sin renunciar a la naturalidad?

La respuesta es afirmativa. Sí, podemos conseguir un seno estético y de aspecto natural. Pero siempre debemos escuchar al profesional de la cirugía plástica, estética y reparadora que hemos elegido para dar este paso. Y mantener expectativas realistas: empezando por ser muy conscientes de nuestra propia fisonomía y genética.

Gracias a la orientación de nuestro cirujano plástico conseguiremos los mejores resultados sin ver jamás comprometida nuestra salud y bienestar a largo plazo.

A continuación os explicamos cuáles son los métodos que empleamos en cirugía estética para conseguir un aumento mamario con la máxima naturalidad.

¿De qué depende que logremos resultados naturales en un aumento de pecho?

Cuando la naturalidad es una condición irrenunciable a la hora de enfrentarnos a un aumento de pecho, hemos de tener en cuenta tres aspectos fundamentales:

1. Que el aumento sea natural respecto al volumen. Un pecho excesivamente grande respecto a la fisonomía de la paciente no solo pone el foco de atención en esta parte de su cuerpo; haciéndolo muy visible. Sino que puede suponer un riesgo para su salud o su calidad de vida: pueden desarrollarse problemas en los tejidos y músculos que sustentan la prótesis mamaria. Así como dolores de espalda o problemas óseos en el futuro.

Por ello, para lograr resultados naturales, siempre debemos escoger implantes que sean moderados en tamaño.

2. Que exista cobertura suficiente del implante. La calidad y características de la piel o los tejidos de la paciente son otra de las claves que hemos de tener en cuenta. Si nos encontramos con tejidos que presentan muy poco espesor de grasa, entonces tenemos que buscar la solución en el lipofilling.

Para ello extraemos grasa redundante que esté ubicada de forma localizada en otras áreas del cuerpo de la paciente (glúteo, abdomen o parte externa del muslo, por ejemplo) para, tras haber sido purificada, inyectarla en esa área que necesita ser mejorada.

De hecho, las sinergias entre lipofilling e implante mamario cada vez están más extendidas. Puesto que los resultados que se logran combinando ambas técnicas son muy beneficiosos para muchas pacientes.

3. Que la forma sea lo más parecida a una mama natural y que el tacto sea blando y agradable. El aspecto y el tacto de la mama son factores muy importantes para lograr la sensación de naturalidad. Por ello, debemos alejarnos de la rigidez, empleando implantes con un gel muy elástico o con cubiertas flexibles.

Hoy por hoy la prótesis anatómica sigue siendo, junto con la ergonómica, la que más naturalidad va a aportarnos en todos los sentidos. En los implantes anatómicos el gel ya está colocado de forma que imita a la mama natural, con su forma de gota. Y en el caso de las prótesis ergonómicas, ese gel se va desplazando poco a poco hacia el polo inferior de la mama, dando un aspecto muy similar al que ofrecería una prótesis anatómica.

¿Quieres aumentar tus pechos sin renunciar a una sensación de naturalidad? Pide cita previa y pregúntanos todo lo que necesites. La Dra. Castro te orientará personalmente para que consigas los mejores resultados. ¡Te esperamos!