Mamá, papá… quiero operarme los pechos

Puede que muchas madres y padres queden aterrados ante la sola idea de que su hija les pueda plantear esta cuestión. Pero no podemos ser reduccionistas. Las circunstancias particulares de cada individuo; sus condicionantes genéticos y las alteraciones hormonales; el ambiente en el que se desarrollan y cómo les afecta… Los factores que pueden rodear a la cirugía mamaria en menores pueden contener mucho más de lo que podemos pensar a simple vista.

El deseo de someterse a una cirugía estética no debe contemplarse como un capricho en una persona que consideremos demasiado joven. Detrás de ello, pueden encontrarse problemas graves, tanto físicos como psicológicos.

Los senos son elementos fundamentales en la formación y el desarrollo de la sexualidad y la feminidad, por ejemplo. Tan traumático puede ser para una adolescente tener unos senos demasiado pequeños como excesivamente grandes. De hecho, la problemática vinculada a unos pechos desarrollados prematuramente que adquieran un tamaño demasiado grande es preocupante para la salud.

Por otro lado, la ginecomastia masculina es un tipo de malformación que sigue considerándose un tabú. Un aumento del volumen de las mamas en los varones, especialmente en la conflictiva edad adolescente, supone para muchos auténticas penurias. Y esto hace peligrar su estabilidad emocional y un correcto desarrollo de su madurez.

Pero, ¿existe una edad mínima recomendable para llevar a cabo operaciones como las necesarias en los casos anteriores? ¿A partir de qué edad podemos hablar de cirugía mamaria en menores? Analizamos, a continuación, un tema que puede ayudar a muchos chicos y chicas a recuperar su autoestima y a fortalecer sus relaciones sociales.

Siempre en manos profesionales, con diagnósticos personalizados y atendiendo a las especificidades de cada individuo. ¡Empezamos!

Cirugía mamaria de aumento y reducción en mujeres jóvenes adolescentes

Si algo no podemos olvidar a lo largo de todo este artículo es que los padres y los adolescentes siempre deben comunicarse adecuadamente. El diálogo entre ellos, orientados por profesionales, es el primer paso antes de cualquier otro planteamiento. Ahí empieza el preoperatorio.

¿Cuáles son los problemas físicos, psicológicos y emocionales de la joven que plantea el deseo de operarse los pechos? ¿Es demasiado joven y debemos esperar un poco más?

Ciertamente existen problemas y patologías relacionadas con la hipertrofia mamaria y la gigantomastia juvenil. Especialmente cuando estamos en pleno proceso del desarrollo de la mama adolescente. Por ejemplo, dolores de espalda, posibles deformidades en la columna, dificultades respiratorias, dermatitis y eccemas, complejos y daños en la autoestima…

La cirugía de reducción mamaria puede ayudar enormemente a estas jóvenes a vivir una vida plena. Pero existen condicionantes que debemos tener en cuenta. En términos generales, lo ideal es esperar a que la etapa de desarrollo haya llegado a su cúspide. Hablamos, por lo tanto, de los 17 y los 18 años de edad. Aunque en casos especialmente graves, tras la correspondiente evaluación médica, pueden realizarse cirugías mamarias en mujeres adolescentes a partir de los 16 años. La pubertad provoca fuertes sacudidas hormonales que debemos dejar reposar, por así decirlo.

Otra gran preocupación para las menores, motivo para plantearse una intervención, son las asimetrías mamarias y las mamas tuberosas. En ocasiones nos encontramos con jóvenes muy acomplejadas por las diferencias de forma, tamaño y posición entre ambos senos. O bien, se dan cuenta de que sus mamas no son “normales”, pues tienen un pecho caído con una forma tubular acompañado de areolas grandes, lo que conocemos como mamas tuberosas. Antes de la cirugía, es imprescindible diagnosticar correctamente el problema.

En el caso de un aumento de senos, la franja de edad es exactamente la misma: 17 o 18 años.

Además, la madurez psicológica y emocional de la joven ha de ser tenida muy en cuenta. Por ello, el “diálogo” que mencionábamos anteriormente es muy importante: escuchar bien las necesidades de nuestras hijas y entender qué es lo que hay detrás de esa necesidad que expresan.

Ginecomastia y traumas adolescentes: ¿cuándo puede un hombre joven operarse las mamas?

Aunque no puede apuntarse a una causa concreta (cada paciente es un mundo), la ginecomastia o el aumento excesivo de las glándulas mamarias en hombres suele estar íntimamente relacionado con trastornos o desequilibrios hormonales.

Por lo tanto, la adolescencia suele un campo de cultivo perfecto para esta anomalía. Muchas veces el problema desaparece por sí solo conforme se superan los cambios de la pubertad. Y el pecho recupera su forma natural. Sin embargo, cuando esto no sucede y nos hallamos en edades tan críticas para el desarrollo de la madurez masculina como son los 16 o 17 años, la cirugía puede ser nuestra gran aliada. Esa es la edad recomendada para esperar antes de valorar la intervención.

Hay chicos jóvenes que sufren pensando que no hay solución posible y reducen su vida a esconder su problema. Rechazan su imagen desnuda y esto dificulta su socialización, el desarrollo de una sexualidad saludable y les impide tener una autoestima fortalecida. Hay casos de jóvenes que dejan, incluso, de hacer deporte por miedo a las burlas de sus compañeros.

Siempre hemos de descartar trastornos hormonales graves, obesidad mórbida, efectos colaterales de determinados tipos de medicaciones, etc. Por ello, la valoración médica del especialista en la materia es el primer paso ante la posibilidad de plantearnos esta cirugía mamaria.

¿Crees que tu hijo puede sufrir ginecomastia y no sabes cómo puedes ayudarle? ¿Quieres saber más sobre aumentos y reducciones mamarias en menores de edad? Ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos. La cirugía estética puede cambiar las vidas de mucha gente si se valora con la profesionalidad y la integridad que garantizan profesionales altamente experimentados como la Doctora Castro. ¡No te quedes con ninguna duda!