¿Qué son los hilos tensores ? ¿Son realmente efectivos?

¿Monofilamentos, espiculados, super- screw, bidireccional, hook screw, doble hook screw….?

¿Qué hilo necesito yo? ¿Y cuántos?

La confusión que existe y las dudas sobre hilos tensores de PDO y sus indicaciones es habitual entre las personas que acuden a nuestra consulta. Son muchas las casas comerciales que los ofrecen, y existen diferentes tipos de hilo, de grosor y longitud, que hacen que tengamos hilos adecuados para cada tratamiento facial y corporal, pero también multitud de presupuestos según la zona a tratar y el número de ellos que sean necesarios.

Los hilos tensores están fabricados con PDO (polidoxanona), material biocompatible y totalmente reabsorbible, utilizado comúnmente en las suturas quirúrgicas. Es capaz de inducir la formación de colágeno, la cicatrización y la revitalización de los tejidos.

Se colocan en la zona a tratar, bajo la piel, con anestesia local, y activan una reacción fibrótica del tejido, con aumento del colágeno y la elastina y una mejora de la micro-circulación sanguínea. Esto incrementa la densidad y la capacidad de soporte de la piel.

Este efecto biológico es producido por cualquier tipo de hilo, en mayor medida cuantos más coloquemos en cada zona. Así pues, la efectividad del tratamiento dependerá de que seamos generosos en su aplicación. Pretender mejorar la piel con un número insuficiente de hilos es un fiasco.

¿Y son realmente efectivos? Desde luego que los son, pero al ser absorbibles en aproximadamente 10 meses, nuestro efecto no se prolongará normalmente más allá de 18 meses.

Pueden ser colocados en cualquier zona del cuerpo sin apenas molestias y en la consulta.

Hasta aquí el efecto que se consigue con los monofilamentos (hilos sin espículas de anclaje).

Pero, ¿si además queremos lograr una tracción de la piel, o efecto lifting?

En estos casos los hilos adecuados serán los espiculados, algo más gruesos (y más caros) que los anteriores, y que además del efecto biológico descrito, producen un efecto mecánico de tracción al tirar de ellos una vez ancladas las espículas en el tejido. Estas espículas o «dientes» que tienen estos hilos pueden estar colocadas en una sola dirección o en las dos, o dar la vuelta al hilo en 360 grados.

Con ellos podemos elevar las mejillas o el cuello, definir el ángulo mandibular, elevar las cejas y mejorar la flaccidez en la cara interna de brazos o muslos.

Las mejores candidatas para este tipo de tratamientos serán pacientes cuya piel aún no presenta importantes signos de envejecimiento, con una flaccidez o descolgamiento de los tejidos moderada, ya que nunca podrán sustituir la indicación de lifting quirúrgico si este es necesario.

Y por supuesto, es un tratamiento que se puede complementar con otros como los rellenos de ácido hialurónico o hidroxiapatita de calcio, y la aplicación de toxina botulínica.

¿Tienes más dudas sobre hilos tensores? Lláma o escríbenos y te responderemos a la mayor brevedad posible.