¿Alguna vez habéis observado una especie de ondulaciones o pliegues en las zonas del escote de alguna mujer? ¿Tras un aumento de pecho has empezado a observar “dobleces” en el lateral de tus senos? Este efecto bastante antinatural que nos aleja de un seno proporcionado y estético recibe el nombre de rippling.

El término rippling viene del inglés “To ripple”, quiere decir “hacer ondas” u “ondular”. De ahí que este término se use para describir esas mencionadas ondulaciones que se producen en el propio implante y las cuales pueden no solamente llegar a verse, sino que pueden percibirse al tacto cuando las tocamos.

¿Por qué ocurre este fenómeno tras una mamoplastia de aumento o una mastopexia con prótesis? ¿Podemos hacer algo para evitar que aparezcan esos pliegues o arrugas? ¿Hay personas más propensas que otras al rippling?

A continuación analizamos este fenómeno y os proponemos soluciones interesantes. ¡No te lo pierdas!

En este post trataremos los siguientes temas

¿Por qué se produce el rippling?

El rippling, afortundamente, no es un efecto secundario muy habitual tras un aumento de pecho o una cirugía de elevación con prótesis. Aparece en situaciones específicas: por ejemplo, cuando las pacientes son muy delgadas y tienen la piel bastante fina. Estas ondulaciones o arrugas no suelen aparecer en personas con bastante tejido adiposo en la zona de la mama.

Estos pliegues, que se producen a medio y largo plazo, se pueden evitar. Principalmente depende del tipo de implante que decidas ponerte.

Los factores que más influyen en la aparición del rippling son:

Llenado del implante

Cuanto más lleno esté el implante menos posibilidad de ondulación va a tener. Por lo tanto, al usar implantes llenos al 100% nos aseguraremos menor probabilidad de rippling.

Dureza o blandura del implante

Los implantes más blandos son más propensos al riplling que los implantes de consistencia rígida.

Por lo general, provocan más rippling las prótesis redondas que presentan un gel más blando (aún siendo cohesivo) que las prótesis anatómicas, donde el gel es un poco más rígido.

Adherencia que haga el implante al tejido de la mama

Cuanto más se adhieran a la piel los implantes más se notará el efecto del rippling. Cuando las prótesis se ondulan y están muy adheridas arrastran el tejido mamario hacia abajo. Es precisamente entonces cuando se producen esas ondas marcadas. Sin embargo, aunque la prótesis sea “blandita” y produzca cierto rippling, si no está adherida al tejido mamario no vamos a notarlo tanto.

Cobertura

La cobertura también juega un papel importante en el rippling. Cuanto mayor sea la cobertura de tejido sobre el implante, aunque éste pueda presentar cierto efecto de rippling, menor será la probabilidad de que lo percibamos o lo sintamos al tacto, a través de la piel de nuestros senos. Digamos que dichas ondulaciones quedarán en el implante de forma interna, sin manifestarse en los tejidos superficiales.

Existen dos elementos que definen la cantidad de cobertura de un implante mamario: la posición y el “pinchtest”.

  • Posición en la que se coloca el implante. Cuanto más profundo se encuentre el implante en el tejido esto significa más capas de cobertura. Y, por tanto, equivale a menos rippling. Esto quiere decir que si colocamos la prótesis debajo del músculo habrá menos posibilidad de rippling, mientras que si la colocamos por encima del músculo la probabilidad será mayor.
  • También depende del pintech, es decir, del nivel de grasa que identifiquemos cuando realicemos un pellizco. En pacientes con una mayor acumulación de grasa se notarán mucho menos las ondulaciones del implante. Mientras que en pacientes muy delgadas, con unos tejidos excesivamente finos, el rippling es mucho más evidente.

El volumen

En un implante pequeño, aunque pudiera aparecer sobre él un poco de efecto rippiling, la mama le proporcionará la suficiente cobertura como para no externalizar esos efectos. Si por el contrario el implante es demasiado grande, aunque el tejido mamario pueda tener un grosor adecuado, su tendencia será siempre a estar muy estirado. Por lo tanto, en este último caso, las arrugas o pliegues serán mucho más evidentes en las capas superficiales de la piel.

¿Cómo podemos evitar estas ondulaciones?

La mejor fórmula para evitar que en las prótesis mamarias se produzcan ondulaciones o arrugas es prevenirlas. Independientemente del tipo de piel y estructura del paciente, lo primordial para evitar el rippling es un buen estudio físico del especialista antes de la cirugía. Una vez realizado el estudio, el cirujano determinará si el paciente es propenso o no a este efecto secundario.

Existen algunas recomendaciones para evitar las ondulaciones:

  • Colocar los implantes por detrás del músculo
  • Elegir prótesis mamarias de alta cohesividad
  • Dejarnos asesorar por la opinión especializada del cirujano que va a realizar la operación

¿Y si el rippling ya ha aparecido?

¿Qué podemos hacer si ya han aparecido estas arrugas y pliegues en el pecho? ¿Existen soluciones para invertir los efectos antiestéticos del rippling? Una vez que el efecto rippling ya está presente, el caso deberá ser revisado por el especialista. Es posible que el problema se solucione con una nueva cirugía que nos permita cambiar las prótesis actuales por otras nuevas más anatómicas y de mayor cohesividad y densidad debajo del músculo pectoral.

En ocasiones, también podemos utilizar grasa autóloga del propio paciente usando la técnica de lipofilling. Gracias a este método es posible implantar la grasa en la zona de las ondulaciones o arrugas para intentar disimularlas.

Si después de este artículo aún quieres saber más sobre el efecto rippling y otras cuestiones referentes a la cirugía de pecho, ¡no dudes en contactarnos! La Dra. Castro cuenta con gran experiencia en cirugía plástica, estética y reparadora. Por lo que puede proporcionar soluciones a la medida de cada paciente. ¡Estamos deseando escucharte!