¿Qué hay más provechosos en tiempos de crisis que reciclar y transformar algo ya inútil en un bien nuevamente utilizable? ¿Sabías que mediante un lipofilling corporal se puede realizar eso mismo con la grasa corporal que “nos sobra”’?

Ese odiado panículo adiposo puede convertirse en un magnífico material de relleno, duradero, biocompatible, con aspecto natural y que mejore notablemente la calidad de nuestra piel.

¿Por qué desechar la grasa si podemos reutilizarla? ¿Y por qué buscar otras sustancias de relleno si tenemos la mejor en exceso en nuestro cuerpo?

La extracción de la grasa se realiza mediante una liposucción de las zonas en que la grasa se acumula en exceso (caderas, cartucheras, muslos y abdomen principalmente), pudiendo realizarse esta con anestesia local si la cantidad necesaria es pequeña, o con anestesia epidural o general si es mayor. Una vez extraída esta grasa y cumplido uno de nuestros objetivos que es la remodelación de la silueta corporal, este material tan nuestro será procesado para purificar lo máximo posible los adipocitos que después serán implantados.

Los métodos de procesamiento son variables, pero recientemente estoy utilizando un sistema de filtración que elimina de la grasa aspirada todas las células sanguíneas y otras impurezas, para que la grasa que vayamos a utilizar permanezca más constante en el tiempo (sin sufrir demasiada reabsorción tras ser colocada).

Y una vez procesada la inyectaremos en la zona que deseemos realzar o proyectar, donde se alojará de forma definitiva dando un relleno y aumento de volumen natural, indistinguible del resto de nuestra grasa y que además se modificará también con nuestros cambios de peso como el resto.

Para elegir, muchas áreas diferentes donde la colocación de la grasa o lipofilling corporal está indicada y nos beneficiará.

A nivel facial, la utilizamos para aumentar el volumen de los pómulos, proyectar el mentón, redibujar el borde mandibular, rellenar surcos y arrugas profundos, dar volumen a los labios, mejorar la calidad de la piel, rellenar unas mejillas atróficas y fláccidas…

A nivel corporal podremos utilizar la grasa para obtener un aumento moderado en el volumen mamario o de los glúteos, corregir cicatrices hundidas o zonas de piel que han sufrido radioterapia, corregir asimetrías o reconstruir una mama tras un proceso tumoral, dar volumen en piernas o brazos atróficos, rellenar los genitales femeninos o engrosar los masculinos…

La recuperación es similar a la de cualquier liposucción y los resultados son permanentes. Y se trata de nuestro tejido, por lo que no hay reacciones adversas de rechazo.