Una duda muy frecuente entre las mujeres que desean operarse el pecho tiene que ver con el uso de los drenajes. Existe todavía mucha confusión respecto a los beneficios o inconvenientes de su uso. ¿Son realmente necesarios los drenajes en la cirugía de mama? ¿Cómo es un drenaje linfático después de un aumento de pecho? ¿Podemos evitar el uso de los drenajes en la mamoplastia?

Hoy vamos a profundizar un poco más en este tema, para que no te quedes con ninguna duda sin resolver. ¡Empezamos!

En este post trataremos los siguientes temas

¿Qué es realmente un drenaje quirúrgico?

Los drenajes son un sistema empleado en las cirugías para facilitar la evacuación de líquidos en el postoperatorio inmediato. Gracias a ellos, se retira el exceso de sangre y fluidos que existe en cualquier tipo de intervención. 

El drenaje consiste básicamente en un tubo de silicona que se utiliza en cavidades que no podemos sellar de ninguna manera, y que por el despegamiento de los tejidos puedan producir acúmulos de líquido linfático en el área intervenida, también conocidos como seroma.

Este acúmulo de líquido linfático o seroma es conveniente evacuarlo mediante un drenaje cuando se prevé que puede formarse mucha cantidad. En tales casos, el mencionado tubo de silicona que atraviesa la piel está conectado a un bote que va al vacío, y lo que produce es una aspiración en la cavidad donde está colocado dicho tubo.

¿Por qué ya no suelen usarse drenajes en el aumento de pecho?

Los drenajes se han estado usando en prácticamente todas las cirugías de forma rutinaria. En un origen, resultaban muy interesantes en los aumentos de pecho, porque además de evacuar el líquido linfático y los restos de sangre y grasa, también una succión suave permitía que los tejidos se adaptaran mejor. Por lo tanto, gracias a ellos, se conseguía una ligera mejora en la adherencia de los tejidos a las cubiertas de los implantes.

También solían usarse en el 100% de las abdominoplastias, puesto que son zonas donde se produce un amplio despegamiento de los tejidos. Sin embargo, hoy en día, cada vez son más los cirujanos que han decidido prescindir de ellos. Como ocurre en el caso de nuestra clínica, donde hemos desarrollado una técnica quirúrgica muy avanzada y segura de abdominoplastia sin drenajes.

Y volviendo al caso de la cirugía mamaria, nosotras también hemos dejado de utilizar drenajes en estas intervenciones. El por qué de esta decisión tiene que ver con la valoración de los pros y contras: los riesgos frente a los beneficios de colocar drenajes después de un aumento mamario, por ejemplo. Y es que se ha demostrado que existe un aumento de las infecciones en las prótesis, asociada al uso de drenajes.

Esto se produce porque el drenaje no deja ser un puerto de entrada que comunica el exterior de la piel con el interior de la cavidad donde está alojado el implante, que debería estar lo más aislada posible de cualquier germen contaminante.

De hecho, el uso de drenajes en la cirugía mamaria no solo se ha asociado a mayor riesgo de infección, sino también a mayor riesgo de contracturas capsulares.

Y entonces, ¿Qué son los drenajes linfáticos postoperatorios? ¿Por qué sí se recomiendan?

Hay que diferenciar entre los drenajes quirúrgicos que acabamos de explicar, y los drenajes linfáticos postoperatorios. De los primeros ya hemos dicho que es mejor prescindir de ellos, por ejemplo, en las cirugías mamarias como el aumento de pecho, por las complicaciones que pueden generar a nivel de infección o contractura capsular.

En cuanto a los segundos, los drenajes linfáticos postoperatorios son absolutamente recomendables siempre. Este tipo de drenaje consiste en una técnica manual de fisioterapia para disminuir el proceso inflamatorio y evitar la retención de líquidos. Además, estos masajes minimizan las molestias postoperatorias y son muy agradables y relajantes.

Y, por supuesto, en nuestra clínica siempre recomendamos su uso después de una cirugía mamaria.

¿Y en qué casos sí hay que usar drenaje quirúrgico?

Como en todo, siempre hay excepciones. Y en algunos casos, sí debemos utilizar los drenajes quirúrgicos. Por ejemplo, en pacientes que tienen un sangrado un poco más alto de lo habitual (porque sus tejidos rezuman mucha cantidad de sangre o de líquido).

También hay que usar drenajes cuando nos enfrentamos a cirugías mamarias muy complejas, como las cirugías secundarias, donde hay que eliminar cápsulas periprotésicas. En tales circunstancias, sí se suele colocar un drenaje durante 24 horas. Pero sin duda son casos muy excepcionales.

Algunos cirujanos sí optan por usar drenajes en las mastopexias (elevación de mamas). No es el caso de nuestra clínica, donde conseguimos colapsar con éxito ese espacio: simplemente ponemos un vendaje suave la primera noche y ya después el sujetador postquirúrgico.

¿Te han quedado claras las diferencias entre drenajes quirúrgicos y drenajes linfáticos postquirúrgicos? ¿Quieres hacernos alguna pregunta más concreta sobre tu caso? Pide cita y recibe la atención personalizada que te mereces.